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APRENDE A CONTROLAR LA IRA

¿Eres una persona que pierde fácilmente los estribos? ¿Te enfadas con mucha facilidad con las personas que te rodean? ¿Sientes que ante los conflictos un feroz lobo sale de ti y no te puedes controlar? ¿Tienes problemas en las relaciones debido a tu falta de comunicación?

La ira no deja de ser una defensa de uno mismo hacia un entorno que es percibido como amenazante. Cuando sentimos que nuestra integridad física o psíquica se ve amenazada, se se pueden dar 3 tipos de respuestas: la huida, la parálisis o la lucha. La ira es una forma de lucha, una coraza que proyectamos, nuestro escudo personal como una forma de defendernos, pero cuando ésta es desmesurada y nos causa problemas en nuestras relaciones, es importante controlarla.

ira

Aquí te dejo 6 consejos para que empieces a aprender a controlar tu ira:

  • Time out: el tiempo fuera es una buena forma de desconectar de ese momento en el que nos estamos alterando. No significa huir de la situación, sino de esperar el momento oportuno y hablarlo en frío, sin dejarse llevar por los impulsos. Puesto que, cuando estamos en ese momento de tensión, podemos llegar a hacer cosas y decir cosas que no deseamos. Cuando empiezas a dejar un tiempo para recapacitar las cosas, irás viendo que sí puedes controlarte ante las situaciones.
  • Respira: respirar parece fácil de decir, pero realmente es muy complicado, ya que durante un estado de ira hiperventilamos. Siéntate o túmbate y realiza una simple relajación diafragmática: es fácil. Deposita tu mano encima de tu barriga, intenta que la respiración mueva la mano. Al principio verás que aquello que se mueve es tu pecho, la parte torácica de arriba, eso indica ansiedad. Esfuérzate en mover la mano, cuando tu respiración se vuelva abdominal, entonces será mucho más relajada.
  • Empatiza: ponerse en el lugar del otro es importante para poder entender la situación desde todos los puntos de vista, así como las emociones y los sentimientos que provocas en los demás. “Trata a los demás como crees que les gustaría ser tratados”.
  • Descarga tu energía: La ira es una de esas emociones que generan energía por todo el cuerpo. Esta energía si no es liberada, se acumula y nos tensa. El realizar deporte u otra actividad física en la que se libere toda la presión hace que afrontes tú día a día y otras situaciones de estrés con mayor flexibilidad y apertura.
  • No pueden leer tu mente: si hay algún comportamiento de las personas que te rodean que te molesta, intenta transmitirlo de buenas formas, así tendrán en cuenta qué te molesta. El no hacerlo puede dar paso a malos entendidos y dar por supuesto intenciones que no concuerdan con la realidad.
  • Cuida tus hábitos: la adicción a estimulantes como el tabaco, el alcohol y beber cafeína, así como dormir y comer mal, influye en nuestro bienestar. Intenta conocer tus hábitos para poder cambiarlos.
Para finalizar, te dejo con el fragmento de una leyenda india para reflexionar:

Un día, un viejo indio hablaba con su nieto y le decía: "Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de ellos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro, está lleno de amor y compasión..."
El nieto le preguntó:
"Abuelo, dime ¿cual de los dos lobos ganará la batalla en tu corazón?"
El abuelo contesto:
"Aquel que yo alimente"

Video recomendado: RESPIRA

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"MIS PADRES NO ME ENTIENDEN" (Adolescencia)

Etapa adolescente es una de las épocas por las que las personas sufrimos la mayor parte de cambios físicos y emocionales. Es por ello que resulta una etapa complicada en la que la persona tiene sentimientos, emociones y sensaciones encontradas. Se intenta ubicar en un mundo en el que siente que no encaja (por ahora), ya que las demandas de su entorno chocan con sus pensamientos internos. Es una transición por la que todos pasamos, pero no todos de la misma forma. 


Este es un post destinado a que los padres entiendan a los hijos en la adolescencia y, a su vez, los adolescentes entiendan también a sus padres durante esta etapa.

A los adolescentes:
  • “Me tratan como a un niño/a”: es posible que sientas que tus padres te tratan como a un niño pequeño, dan por supuesto que hay cosas que aún no puedes hacer. Lo cierto es que te encuentras en una transición entre la infancia y la adultez, es por ello que sientes que ya no eres un niño y como tal, ciertas palabras, gestos o mimos, sientes que ya no corresponden en ti. Habla con tus padres y transmíteles tus incomodidades de buenas formas, ellos no pueden leerte la mente.
  • “Se preocupan demasiado, no me dan la libertad que yo quiero”: sé que puedes llegar a sentirte agobiado por las continuas advertencias, las llamadas para saber dónde estás, con quien, cuando volverás, qué estás haciendo… No es que no confíen en ti, sino que tienen miedo a que algo malo te suceda, estás en una edad en la que muchos jóvenes asumen riesgos, y es normal que tus padres quieran saber qué está haciendo su hijo. En lugar de que te llamen ellos, antes de salir avísales dónde vas a estar, un mensaje, de esta forma ellos se encontrarán mucho más tranquilos, y verán que tú también piensas en ellos.
  • “Me prohíben relacionarme con mis amigos”: cuando somos adolescentes intentamos tener un grupo de amigos con el que salir, y nos fastidia que justo ese grupo a nuestros padres no les gusta, dicen que son malas compañías. Es en esos momentos en los que, en lugar de pelearte con tus padres, es mejor pedirles explicación. Entiende que, si tus amigos se visten de forma llamativa o tienen ciertas costumbres, a tus padres les puede preocupar tu bienestar. Quizás es también momento de reflexionar sobre la gente que te rodea y cómo influye en ti.
  • “Ya soy mayor”: estas en una fase en la que nos sentimos mayores pese a ser aún menores de edad, para nosotros sentirnos mayores es querer hacer cosas de mayores, como volver a casa más tarde o irnos de fiesta. Pero hay que comprender que tus padres consideran ser mayor de otra forma, puesto que esto no solo es llegar tarde a casa, sino tener responsabilidades. Ayudar a tus padres en casa, hacer la comida o la cena, etc. Échales una mano, demuéstrales que eres responsable y depositarán más confianza en ti.


A los padres:
  • “Está irritable”: es una etapa confusa en cierta forma ya que empieza a cambiar el cuerpo, se desarrolla y los cambios hormonales se notan, es por ello que es habitual tener cambios emocionales. Resulta extraño que te hable o te trate de esa forma sin tu hacer nada, pero muchas veces lo hace de forma inconsciente. Habla con él/ella y pídele que te hable de la mejor forma posible para que tome conciencia de su comportamiento. Asimismo, transmítele que vas a estar ahí para aquello que necesite y hablar de aquello que le preocupe, que sepa que tiene un apoyo. Dale tiempo, es una transición por la que va a pasar, necesita tener confianza en si mismo/a.
  • “No me hace caso”: aunque se encuentre en una etapa en la que empieza a querer ciertos privilegios o libertades, tenéis que aplicar ciertas normas y marcar los límites. No obstante, marcar límites y tener autoridad, es diferente de sobreproteger y controlar en exceso, y ésto hay que tenerlo en cuenta. Asimismo, ambos padres o tutores tenéis que mantener una coherencia, es decir, que ambos estéis de acuerdo en lo que le permitáis. Habladlo.
  • “No me gustan nada las pintas de sus amigos”: juntarse con lo que parecen ser “malas compañías” está a la orden del día. Haced el esfuerzo por conocer la clase de personas con las que sale, muchas veces nos dejamos guiar por una simple apariencia o prejuicio. Hay que entender que se encuentra en un momento de su vida por el que intenta encontrar su identidad, y es normal el intentar buscar ese grupo con el que se sienta integrado. Es por ello que los cambios de apariencia como la forma de vestir es muy común en esta transición. Ante todo, durante esta etapa es muy importante que se sientan comprendidos, puesto que intentan hacerse un hueco en el mundo y no saben dónde, y el estado de ánimo puede verse afectado.
  • “Me preocupa que no tome precauciones o que tome drogas”: en la medida en que no se encuentre informado/a sobre estos aspectos, no sabrá el riesgo que conllevan. Por ello, es importante que le deis consejos, información al respecto y que entienda los problemas que pueden surgir. No os sentéis enfrente de él/ella y le deis la charla diciéndolo todo de golpe, ya que puede ser para él/ella una situación incómoda. En lugar de ello, durante ciertos momentos que creáis oportunos, decirle algún consejo empezando por: “quiero que sepas que es importante…/me gustaría que supieses que si en algún momento…”.
Hay que saber identificar cuando vuestro hijo se encuentra en la “edad del pavo” y cuando se empiezan a presentar problemas de conducta. En estos casos, tomar contacto con un especialista y ver qué está sucediendo para que aparezcan esos comportamientos os ayudará a saber cómo manejar la situación.

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