Terapia Breve; ¿Me preocupo demasiado?

     "L'incertitude est une position inconfortable. Mais la certitude est une position absurde"; estas son las palabras del escritor francés  Voltaire, intentando expresar lo que es para él la incertidumbre. Nos dice que un estado de incertidumbre es un estado incómodo, pero sería absurdo tener la certeza de todo, así pues, me gustaría empezar esta entrada dejando claro una cuestión, la preocupación es inevitable.

     Pero antes de seguir, y aclarar que no es tan fatalista esto que acabo de decir, querría que el lector recuerde alguna situación que le haya llevado a la siguiente pregunta “¿…y si no sale bien?” o más directamente “¿qué pasaría si no encuentro trabajo?”, “¿me dejará mi pareja?”, “¿llegaré a fin de mes?”, “¿y si tuvo un accidente?”. Bien, es casi inimaginable un ser humano al que no le hayan asaltado alguno de estos pensamientos, puesto que la preocupación por el futuro es una característica de nuestra especie, la cual nos permite adelantarnos a los posibles peligros y aumentar nuestra supervivencia. La cuestión de todo esto radica en, una vez que  hemos tenido alguna de estas preguntas en la cabeza, ¿no es verdad que dan lugar a nuevas preguntas aún más fatalistas? por ejemplo, pensar ¿Y si me despiden? nos puede llevar a ¿Cómo pagaré las facturas?, o “no podré encontrar otro trabajo…y si no encuentro otro trabajo, no sé lo que será de mi vida”. Como se puede apreciar lo malo no es la pregunta, lo malo es que es el comienzo de una cadena de preocupación.

     La preocupación no es más que un proceso de pensamiento, el cual relaciona eventos futuros con alto grado de incertidumbre en el resultado,  y se anticipa a las consecuencias negativas, lo que nos puede llevar a que se nos dispare el nivel de ansiedad. Y es aquí donde está la clave del asunto, “incertidumbre”, para quien desconozca el termino, la incertidumbre es la falta de certeza, o esa sensación de preocupación que se tiene cuando no sabes si vas a aprobar o a suspender un examen, o cuando no sabes si a tu jefe le parecerá bien tu trabajo, incluso cotidianamente la incertidumbre está presente, cuando el led de “depósito de combustible en reserva” se te enciende y no sabes si llegarás a la gasolinera más cercana. 

     El asunto radica en que dependiendo del contexto o de nuestras características personales seremos más o menos tolerantes a la incertidumbre, y como es habitual en psicología esto no es un proceso de todo o nada. Hay veces que una situación nos llevará a ser menos tolerantes (sobre todo aquellas que adquieren cierta carga emocional o le damos mayor importancia) y otras situaciones en las que seremos más tolerantes. Por desgracia, cuanto más importancia le damos a una situación, más incertidumbre solemos tener. Lo creas o no, esto tendrá repercusiones en la respuesta que demos, por ejemplo puede que por ello seamos más impulsivos a la hora de tomar decisiones, o lo contrario, podríamos querer evitar la incertidumbre aplazando la decisión de un proyecto hasta el último minuto, manteniéndonos ocupados en otras cosas y así tener el menor tiempo posible para preocuparte por él. Esto va acorde a la idiosincrasia (rasgos, temperamento, carácter etc.) de cada uno.

     A pesar de que cada cual reacciona ante esta sensación de una manera diferente, hay algunas con las que te puedes sentir identificado; piénsalo mientras lees la tabla:

Estrategias de aproximación
  • ·         Querer hacer todo por ti mismo y no delegar las tareas.
  • ·         Cuestionar decisiones que has tomado, pues nunca estas seguro/a de si son las correctas.
  • ·         Preguntar constantemente a amigos familiares etc. Si lo que has hecho pensado o dicho les parece bien.
  • ·         Cuando esperas una llamada o mensaje que presientes importante, no parar de mirar el móvil      en cualquier situación, ya estés en una reunión, con amigos etc.
  • ·         Ponerte siempre en la peor situación.


Estrategias de evitación
  • ·         Evitar comprometerte con ciertas cosas.
  • ·         Buscar razones (imaginarias) para no hacer algo.
  • ·         Sobrecargarte de tareas para no pensar en algo.
  • ·         Demorar una situación.

     Como se aprecia en todas estas situaciones, cuando tratamos de evitar la incertidumbre gastamos gran parte de nuestro tiempo y energía para poder llevar a cabo estas estrategias. Esto no solo afecta a situaciones concretas, sino que se convierte en un modo de afrontar las actividades diarias, pues al final la incertidumbre domina nuestros pensamientos, por lo que prestamos menos atención a otras tareas que la requieren. Por otro lado, mengua las emociones positivas, con lo que disfrutamos menos de momentos de ocio, con hijos, amigos etc. O ¿quién no ha perdido una tarde, que podía haber sido muy agradable, por tener en la cabeza un… saldrá bien lo de mañana?, ¿me llamará?

     Una vez que ya hemos entendido el concepto, y hemos visto ejemplos de cómo puede afectarnos, quiero que pienses en la intolerancia a la incertidumbre como un combustible muy potente para la preocupación, es decir no solo hace que aparezca antes la preocupación sino que también la aviva y no permite que se apague. Por ello la cuestión aquí es ¿Qué puedo hacer para controlar esto?
Para esto solo hay dos alternativas, podemos o, aumentar nuestra tolerancia o incrementar la certidumbre (certeza). Es decir,  espero una llamada importante, y esta tarde he quedado con un viejo amigo, estoy ansioso/a pues no sé si me llamarán. Tengo dos opciones, o incrementar mi certidumbre (estando toda la tarde pendiente del móvil, mirándolo constantemente a ver si me han llamado, pensando en  las terribles consecuencias que pasará si no lo cojo, en lo que me van a decir etc.). O incrementar mi tolerancia (poner el teléfono en sonido, en un lugar visible e intentar disfrutar de la tarde hasta que me llamen, lo hagan o no).

     ¿Qué estrategia parece más efectiva para lograr pasar una buena tarde?; está claro que la primera no, y esto es así por el simple hecho de que la incertidumbre es inevitable (como ya aclaró Voltaire), es decir, por mucho que mires el móvil no te van a llamar, por mucho que pienses en las malas consecuencias de no cogerlo no significa que lo vayas a coger. Esto simplemente te hará estar más ansioso y disfrutar menos de la tarde, incluso puede repercutir en la llamada, pues al recibirla estarás más nervioso/a.

     Para bien o para mal, al final de lo que se trata es de aumentar nuestra tolerancia a la incertidumbre, es decir, intentar cambiar nuestra actitud hacia la situación incierta y pasar por encima de ella sin dejar que ella pase por encima de nosotros. Por ello y para que nos sea más fácil, los mejor que podemos hacer para cambiar una actitud o una creencia es empezar por cambiar una conducta. Es decir, si tenemos la creencia de que todos los perros muerden y nuestra actitud es huir de ellos, sería más útil empezar a acercarnos a perros pequeños (cachorros etc.), que intentar convencernos simplemente de que no muerden mientras los observamos a lo lejos. Mediante tus acciones podrás cambiar tus creencias, y lo mismo pasa para aprender a tolerar la incertidumbre. Actuando como si fueras más tolerante, cambiarás tus creencias, pues te darás cuenta de que lo pases bien o  lo pases pensando en la llamada, ésta al final vendrá o no.

     Me gustaría aclarar que no pretendo con todo esto decir que hagas lo que hagas lo que tenga que pasar pasará. Este artículo va enmarcado en las situaciones en las cuales ya has hecho lo necesario para completar la tarea con éxito, en el caso más obvio, por mucho que aumentes la tolerancia hacia cómo te saldrá un examen, si no has estudiado, mucho no te va a ayudar en el resultado final. En cambio, si has estudiado, un aumento de la tolerancia a la incertidumbre hará que lo afrontes más relajado/a, con una visión más positiva etc. Y eso si puede ayudarte a aumentar la calificación obtenida.


     Para finalizar y a modo de resumen, la mejor indicación para aumentar la tolerancia a la incertidumbre es afrontar la situación como si ya fuésemos tolerantes, es decir preguntarnos a nosotros mismo cuando empecemos a mirar demasiado el móvil, ¿qué haría yo si fuese tolerante a la incertidumbre?; pues lo dejaría en la mesa, con sonido e intentaría charlar con mi amigo todo lo que pueda antes de volver a mirarlo.

     Como siempre mi consejo es empezar por algo pequeño y realista, algo poco importante. Cuantas más cadenas de sucesos pequeños entrelaces con la aplicación de la técnica, más fácil te resultará al final hacerlo de manera semi-inconsciente y claramente más fácil será trasladar estas estrategias a situaciones de mayor importancia. También es importante saber que en las primeras ocasiones vamos a estar incomodos y nerviosos, es una señal de que lo hacemos bien, y cuanto antes venzamos a esta ansiedad (no mirando el móvil por ejemplo), antes nos adaptaremos al comportamiento que deseamos aprender.

     Como ya he dicho, estas estrategias, simples de hacer, pero difícil ver la efectividad, no sirven de nada sin la repetición, el primer día irá más o menos, el segundo nos frustraremos y así pasaremos por una montaña rusa de emociones y sentimientos. Por ello, en un último consejo os digo lo que ya os he dicho antes, que la motivación no precede a la acción, oblígate a mejorar y luego te motivarás para mejorar, y es aquí donde todo el esfuerzo dará sus frutos.

     Pues ya lo dijo Machado:

“Caminante, son tus huellas el camino y nada más;
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.”


Gracias por haber visitado nuestro blog Psicólogos en Teruel, espero que mis artículos acerca de Terapia Breve te ayuden, si tienes alguna duda déjanos tus comentarios.

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