Terapia Breve; cómo no pensar demasiado

     “¿Habéis visto esos anuncios publicitarios en internet con sonido?, sí esos que cuando tú estás navegando tranquilamente asaltan en tu pantalla de ordenador y sin venir a cuento te hablan de cómo un hombre se hizo rico haciendo algo tan sencillo como…y ahí cierras la ventana, lo cual te da una sensación agradable y tranquilizadora, hasta que vuelven a saltar sin tu permiso.”

     Así fue como una chica, que había llegado a la consulta nos explicó la sensación que tenía cuando su novio salía con su grupo de amigos, en el cual había una chica que le daba mala espina y en su cabeza se metían pensamientos de miedo o inseguridad. Ella sabía que su novio no iba a dejarla por esa otra chica, pero aun así, a lo largo de la tarde, siempre se sorprendía pensando en eso. Así pues nos decía “yo sé que todo estará bien, pero me gustaría que cuando me venga ese pensamiento a la cabeza poder pararlos, y así no pasar una tarde “tonta” por gusto”.  

     Esta definición me resultó curiosa, porque la podía aplicar a otras situaciones que no son solo celos, por ejemplo, cuando tenéis alguna tarea pendiente, pero no tenéis ganas y estáis disfrutando de una agradable tarde de domingo…o cuando habéis hecho algo mal, aunque sea sin querer o enfado con alguien. 


     Pero... ¿esto a que se debe?, está claro que la respuesta más lógica señala al pensamiento. Nos encanta pensar, lo hacemos tantas veces al día que en ocasiones nos sorprendemos a nosotros mismo pensando sin querer, y he de admitir querido lector, que es una de las mejores sensaciones que tengo. Pero si nos metemos un poco en la ciencia del pensamiento, estoy seguro de que nos quedaremos paralizados ante la magnificencia que entraña el concepto, pues aunque se trate de una palabra de aspecto banal y reconocible por todos… ¿se ha parado a pensar, qué significa realmente pensar?, ¿qué ocurre en nuestra cabeza cuando pensamos?, o más importante aún ¿sabría definirme qué es pensar?

     La respuesta a la última pregunta es simple, pensar es todo aquello que se te pasa por la mente, pues cuando hablamos de pensamiento lo hacemos desde un nivel general, por ejemplo, ¿te acuerdas de tu juguete favorito?, al hacerlo estás pensando en tu juguete favorito, ¿podrías imaginar un ser con alas verdes, grandes colmillos, ojos amarillos, orejas puntiagudas y nariz de bruja?, pues otra vez piensas en ello  (si a algún lector/a le ha venido a la cabeza su suegra, pariente u otra persona, que sepa pues que ha hecho mal… el ejercicio, pues no ha imaginado, ha relacionado, que es otra característica del pensamiento).

     Para tomar conciencia de todo ello, quiero presentarte a René Descartes, un filósofo, matemático y físico francés del siglo diecisiete, el cual es considerado como el padre de la filosofía moderna y parada obligatoria en cualquier escrito que hable sobre el pensamiento, pues dijo algo que define perfectamente cuál es la importancia del pensamiento en la vida de un individuo “cogito ergo sum, ("pienso, luego existo")”. Bien pues contextualizo un poco al lector para que entienda al señor Descartes; René en su afán por buscar lo verdadero propuso la duda como método, es decir empezó a falsar las cosas dudando de ellas, por ejemplo, desconfiaba (dudaba) de todo aquello que entrase a través sentidos, pues estos le podían engañar, típico ejemplos las ilusiones ópticas. 



     Así pues a través de ese método llegó a lo que él creía las entrañas de la cuestión, los hilos del universo, la verdad indudable, “Pero enseguida advertí que mientras de este modo quería pensar que todo era falso, era necesario que yo, quien lo pensaba, fuese algo. Y notando que esta verdad: yo pienso, por lo tanto soy” osease, él no tenía duda de que estaba pensando, al igual que usted, no tiene duda alguna de que ahora está leyendo, por lo que el simple hecho de pensar, nos hace saber que hay algo detrás de ese pensamiento, aquello que lo genera, y ese algo somos nosotros mismos. En definitiva el pensamiento eres tú en el pasado, en el presente y en el futuro.

     Una vez que hemos comprendido la importancia del pensamiento, pues sin él poco haríamos en el día a día, es crucial que entiendas querido lector, lo que este puede llegar a hacer en tu vida, por lo que quiero que leas atentamente esta frase de Mahatma Gandhi, político y pensador indio, "Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino." Como puedes leer, Gandhi no solo nos cuenta que nuestros pensamientos vas a repercutir en lo que hoy somos y algún día hagamos y seremos, sino que nos dice cuídalos, es decir, nos adentra en la posibilidad de tener un cierto control sobre ellos y así controlar hasta donde queremos llegar o que queremos hacer.

     Por ello vamos a hacer una distinción, piense en estos pensamientos;

  • Saltar desde un puente, ventana o cualquier sitio alto.
  • Empujar a alguien a la carretera o a las vías mientras pasa un coche o un tren.
  • Atropellar o lastimar a alguien.
  • No haber cerrado adecuadamente la puerta de casa al salir.
  • Irme de casa sin avisar y no volver.
  • Agredir sexualmente a alguien.



    ¿Le resultan extraños?, pues sepa que son los pensamientos intrusivos más comunes, en la gente normal, es decir, el 80% de la población, ha tenido, tiene o tendrá alguna vez en su vida un pensamiento similar o parecido a estos, y no es malo, no sólo no se considera patológica sino que, más aún, se estima que puede tratarse de un fenómeno sano y adaptativo.

     Por el contrario, puede que usted cada vez que tenga que recibir alguna noticia (no drástica), le deban dar una calificación; o en el ejemplo del principio, esta chica que creía que el novio se iba a enamorar de otra cuando salía, se sienta ansioso, y no pueda controlar sus pensamientos negativos, ya sea la calificación va a ser mala o mi novio me será infiel.

   Es aquí donde reside la esencia y la eficacia de la parada del pensamiento, en estas pequeñas obsesiones, sobre la salud, pensamientos de inadecuación sexual persistentes, dudas referidas a sí mismo (creer que no vales nada, baja autoestima, "seré incapaz de hacer esta tarea bien"...), pequeños miedos injustificados, pensar en los antiguos errores, preocupación por los celos o miedo a que te abandonen etc. que aunque no son la gran preocupación de nuestras vidas, al final de cada año, al mirar hacia atrás nos damos cuenta de que estaríamos mejor sin ellas.

   Así pues empecemos con la parada del pensamiento, para lo cual usted tendrá que haber localizado de antemano que pensamiento específico desea parar, como por ejemplo, mi novio me va a dejar por otra, me van a dar la nota y estaré suspendido etc.  –NOTA: si es la primera vez que realiza esta técnica, por favor que sea un solo pensamiento y no el que más le angustie sino el que menos, ya que como todo es mejor empezar por algo sencillo para luego subir.-

   Una vez que lo tengamos, pensamos en que momento y lugar es cuando más nos sucede. Por ejemplo: en casa por las noches, en el autobús o simplemente la situación no está controlada por el tiempo y el lugar, su aparición no depende de horarios. A partir de esta información buscamos una actividad o pensamiento positivo que pueda sustituirlo (de ahí ver cuando aparece ya que si elegimos una actividad que solo se puede realizar en casa y el pensamiento nos aparece en la calle…por ello recomiendo que si no tiene lugar fijo elija un pensamiento positivo). Ejemplo: puede reemplazar el pensamiento estresante, “Estoy muy ansioso, seguro que me va a dar una ataque de pánico sí he suspendido”, por otro pensamiento: "He vivido situaciones de ansiedad antes y las he controlado", o simplemente puedes realizar ejercicios de suma o resta mental.

   Y ahora repetir hasta reemplazar; Como ya he contado es muy importante la práctica o lo que es lo mismo, no intentes levantarte y tenerte erguido si no haz fortalecido tus piernas. Así pues, haz el ejercicio una vez al día o dos, durante unas semanas. Es probable que al principio los pensamientos intrusivos se repitan, pero disminuirán gradualmente.

   Ejercicio:

  Cierra los ojos y crea la situación y el pensamiento negativo. Imagínate dentro de la situación (sé que nunca será igual, pero inténtalo), Aguanta unos tres minutos y pasado ese tiempo di en voz alta “¡stop! o ¡basta!”. Si esto no te gusta o te parece muy blando otra, opción es llevar un elástico o una goma de pelo en la muñeca y tirar de ella dejando que impacte al soltarla. Ambos se presuponen un estímulo suficientemente intenso como para que pueda dar paso a una alternativa: por ejemplo, contar de 6 en 6 hacia atrás desde 1000 durante 2 minutos, (está claro que si simplemente cuentas  de uno o en uno no te servirá ya que lo que intentamos es que la mente se ocupe con otra tarea), o ve a hacer esa actividad que tienes preparada para estos casos.

   La ciencia está en el condicionamiento, tú te estás ordenando a ti mismo no pensar. Un poco como cuando estás cocinando, pensando en los ingredientes, fogones  y de repente suena un ruido fuerte y te asustas o  bien te quemas (piense en lo que duele un elástico contra la muñeca), y pum, toda tu atención salta de lo que hacías de comer a ¿Qué fue eso? O en el peor de los casos ¡Ostias si lo sé me hago una ensalada! , y se te olvida todo por un segundo, solo estáis tú y tu curiosidad en el primer caso o tu dolor en el segundo. Ahora ya hemos parado el pensamiento (ya no piensas en los ingredientes), es el momento de   permitir que la tarea distractora nos aparte del pensamiento negativo, y podremos “coger carrerilla” para hacerle frente sin estar especialmente sugestionados por éste. Al final lo más probable es que tu mente se acostumbre y haga que estos pensamientos desparezcan completamente, si te atizan cada vez que dices una palabrota, con el tiempo dejarás de decirlas, casi sin darte cuenta, o tendrás mayor control sobre el momento de decirla.

   Finalizo con una frase que leí y quiero compartir contigo querido lector, al contrario de lo que cree mucha gente, primero va la acción y luego llega la motivación, es decir, primero tenemos que empezar a hacer eso que nos gustaría hacer, ir a correr o en este caso practicar la parada de pensamiento, y luego llegará la motivación, esa necesidad que todo ser humano tiene de superarse a sí mismo, por lo menos eso creía el psicólogo Abrahan Maslow.







Gracias por haber visitado nuestro blog Psicólogos en Teruel, espero que mis artículos acerca de Terapia Breve te ayuden, si tienes alguna duda déjanos tus comentarios.

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