Agorafobia, la reemergencia del pánico

     ``Algunos meses después de experimentar mi primer ataque de pánico, no podía llevar una vida normal. El simple hecho de ir al supermecado, conducir, ir al trabajo o quedar con los amigos me provocaban muchísima ansiedad. Las bruscas palpitaciones y la sensación de ahogo hacían que terminara marchándome a casa. No podía estar sola. La crisis podía aparecer sin previo aviso. Temía estar volviéndome loca y no entendía qué me estaba pasando´´. 

     El término agorafobia proviene del griego ``ágora´´ (plaza pública) y ``phobos´´ (deidad del miedo). La definición del término se ha generalizado incluyendo miedo a lugares públicos de diversa índole como: estar fuera de casa, mezclarse con gente, hacer cola, viajar, etc. El DSM-IV-TR define la agorafobia como:

     A. Miedo a estar en lugares o situaciones de los cuales pueda ser difícil o embarazoso escapar o en los cuales pueda no disponerse de ayuda en el caso de tener un ataque de pánico o síntomas similares a los del pánico (mareo, caída, despersonalización, desrealización, etc.). Considerar el diagnóstico de fobia específica si la situación se limita a una/algunas situaciones específicas, o fobia social si lo que se evita son las situaciones sociales. 

     B. Ante las dificultades esperadas para escapar de la situación, tal situación se evita o si no queda otro remedio se soporta pero a costa de un gran malestar o ansiedad o la persona necesita estar acompañada.

     La agorafobia normalmente se inicia con miedo/pánico en algún sitio público, y se reduce cuando el paciente escapa de la supuesta situación aversiva. A diferencia del resto de fobias, la agorafobia es el temor a la pérdida de seguridad, a no perder la protección del hogar. Incluso pensar en esos lugares o situaciones suscita una importante ansiedad anticipatoria. La evitación es lo más incapacitante para el paciente, es lo que hace que en los casos más graves el paciente quede recluido en casa. Más abajo podemos ver un listado de situaciones agorafóbicas típicas (Barlow y Craske, 1994) : 
  

  • Conducir                                                                    
  • Transportes públicos
  • Hacer colas
  • Multitudes
  • Grandes almacenes
  • Restaurantes, teatros
  • Irse lejos de casa, estar solo en casa
  • Ascensores, escaleras mecánicas


     Dentro de la agorafobia, cuando surge una crisis de angustia, distinguimos distintos tipos de afrontamiento que suelen utilizar las personas afectadas:
  1. Evitación. Contempla el evitar situaciones agorafóbicas específicas, o evitar las situaciones que pueden producir las famosas sensaciones de miedo (realizar ejercicio físico, tomar café, tomar alcohol, etc.)
  2. Estrategias de distracción. Podríamos definirlas como acciones encaminadas a distraer al paciente para que no piense en la situación o los síntomas aversivos de la ansiedad. Por ejemplo, poner música, echarse una siesta, etc.
  3. Métodos de afrontamiento supersticiosos. La persona se siente mejor y más segura con algún objeto contrafóbico (no salir sin las pastillas, salir con el perro, un teléfono móvil, etc.).
    
     ¿Cómo se mantiene el trastorno? ¿Por qué es tan dificil salir del círculo?.  Es precisamente esto, la evitación, lo que hace que se mantenga la agorafobia. El escapar del estímulo o la situación aversiva, utilizar supersticiones o señales de seguridad hacen de la agorafobia y en general de la ansiedad un círculo vicioso. Según Clark y Salkowskis, cuando el paciente ha desarrollado una tendencia a interpretar catastróficamente las sensaciones, dos procesos alimentan el mantenimiento:

     -Hipervigilancia. Las sensaciones externas e  internas hacen que el sujeto se haga hipervigilante. Las sensaciones internas son las que hacen creer equivocadamente al paciente que las crisis son espontáneas o ``caídas del cielo´´.
    
    -Conductas de evitación. Reducen y eliminan el malestar a corto plazo, pero constituyen el problema más importante al perpetuar y reafirmar que la situación es realmente peligrosa, manteniendo el estilo interpretativo negativo del paciente.

     Además el DSM-IV-TR permite establecer los siguientes diagnósticos: trastorno de angustia sin agorafobia, trastorno de angustia con agorafobia y agorafobia sin trastorno de angustia. El trastorno de angustia sin agorafobia consiste en crisis de angustia recidivantes causando un estado constante de preocupación ante la posibilidad de padecer nuevas crisis, que se prolonga al menos 1 mes pero sin evitación agorafóbica, debiendo ser estas crisis inesperadas para su diagnóstico. El trastorno de angustia con agorafobia consiste en crisis de angustia y agorafobia de carácter recidivante e inesperado. Por último la agorafobia sin crisis de angustia  exige presencia de agorafobia en relación a padecer algún síntoma común a una crisis de angustia en situaciones en las que el escape es difícil, es decir, no son crisis completas ( es la variante menos común de las tres mencionadas).

Sin más, muchísimas gracias por leerme. 
Nos vemos en mi próxima publicación, y recuerda, NO TE CREAS TODO LO QUE PIENSAS.

Pueden seguirme en twitter @CristobalHurtS.



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